13 Nov ¿Cuales son nuestras aspiraciones más profundas?
La persona contemplativa, al menos en el sentido budista del término,
es aquella que comprende que su mente puede ser su mejor amiga, pero también su
peor enemiga, y que debe por lo tanto transformarla con la meditación.
es aquella que comprende que su mente puede ser su mejor amiga, pero también su
peor enemiga, y que debe por lo tanto transformarla con la meditación.
Contempla la naturaleza fundamental de la mente, y esta práctica
produce el efecto de cambiar su percepción de los demás, de sí mismo y del
mundo.
produce el efecto de cambiar su percepción de los demás, de sí mismo y del
mundo.
Cuando cambiamos la percepción del mundo, de algún modo
cambiamos el mundo.
cambiamos el mundo.
Con frecuencias nos limitamos a encontrar pequeñas soluciones
para la vida diaria, mientras que el contemplativo al que me refiero, busca
cambiar radicalmente la forma en la que experimenta el mundo y traduce las
circunstancias de la vida en bienestar o malestar.
para la vida diaria, mientras que el contemplativo al que me refiero, busca
cambiar radicalmente la forma en la que experimenta el mundo y traduce las
circunstancias de la vida en bienestar o malestar.
Aprende a no dejarse atrapar por lo que le atormenta y
esclaviza, sino a liberarse de ello. Se vuelve cada vez menos vulnerable, y,
por lo tanto, más disponible para los demás.
esclaviza, sino a liberarse de ello. Se vuelve cada vez menos vulnerable, y,
por lo tanto, más disponible para los demás.
Se familiariza también con el componente fundamental de la
mente, la conciencia primera, siempre presente tras el ir y venir de los
pensamientos, e incluso en su ausencia, esa conciencia pura y luminosa que
nunca se altera con las construcciones mentales.
mente, la conciencia primera, siempre presente tras el ir y venir de los
pensamientos, e incluso en su ausencia, esa conciencia pura y luminosa que
nunca se altera con las construcciones mentales.
Matthieu Ricard, Tres amigos en busca de la sabiduría.
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